Llámalo magia.

Dijo Roald Dahl que «El que no cree en la magia nunca la encontrará». En estos momentos no es que no crea en ella, es que sencillamente no la siento. Hoy por hoy necesito parar…apartarme…dejar de lado por un momento. Necesito eso, tiempo. Tiempo para volver a sentirla, para reencontrarme con ella, para disfrutar como lo hacia hasta hace muy poco. La necesito, por ser una parte fundamental de mí… sin ella siento que me pierdo. Todo pierde sentido, ya es difícil encontrar el rumbo. Rumbo que hoy por hoy esta más desenfocado que nunca.

Gago_Sara_book.int.tiff

Respira!!!

Gago _Sara_PC09.01.JPEG-2

Quedan asuntos pendientes. Me hacen desafinar. Me cuesta respirar a veces.
Quedan asuntos pendientes. Pedazos de ansiedad. Que a veces muerden.
Cuentas que quedaron sin saldar. La misma historia otra vez.

Mientras siga todo igual. No arregle lo roto. Tocará disimular y dolerse solo.
Mientras siga todo igual. No arregle lo roto. Vencerá y será este miedo el que lo invada todo. Es este miedo el que lo invade todo. (…)

Luna!!!

Gago _Sara_PC09.01.JPEG

Ahí estás, lejos, observando todo. Todo lo ves y todo lo callas. Mirándote se me tranquiliza el alma. En las mejores noche compañera y en la peores aliada.

Conoces los secretos más profundos, los anhelos, las risas y los llantos. Conoces los deseos contados con la mirada. Eres la paz y la calma, sostenedora de grandes batallas y amiga infatigable en noches muy largas. Eres magia, sencillamente magia.

Sara Gago

A través de…

15012015-_MG_0803-3-2

Todo depende a través del cristal con el que miramos, unas veces es claro y transparente, todo es nítido y hermoso. Otras veces es traslucido, percibimos cosas pero no tenemos muy claro si lo que vemos es lo que pensamos. En estés casos puede ocurrir que a veces si intuyamos bien, y otras en cambio, nos equivoquemos radicalmente.

Otras sencillamente creemos que es un cristal traslúcido y lo que ocurre es que te lo han «ensuciado», «manchado», «engrasado»…pasas una temporada pensando que te has equivocado, que igual es hora de abandonar, de tirar la toalla. Pero es entonces cuando te sientas a reflexionar, a observar, como si estuvieras viendo una película, lo rebobinas todo, hacia adelante y hacia atrás, y todo poco a poco empieza a encajar.

Porque ahí, en ese momento, es cuando empiezas a darte cuenta de detalles que antes no habías apreciado, que pasaron desapercibidos, pequeños detalles que no significan mucho,pero que ahora lo aclaran todo…

Y después de una reflexión, es cuando decides, que por mucho que «emborronen» mi cristal, nunca me van hacer desistir de mi sueño. Al final, yo, y únicamente yo, soy la que tiene el poder de decir, donde,cuando, como y cuanto quiero perseguir mi sueño.

Seguiré, no para agradar a los demás, sino para agradarme a mi, para disfrutar de lo que hago, por placer y no por imposición. Porque guste o no, y teniendo en cuenta todas la opiniones, al final la que me importa es la mía. Sigo creyendo que cuando algo me sale del corazón mereció la pena, porque me hizo feliz. Guste o no a los demás…..

Sara Gago.

Colores en días grises

Gago _Sara_CT_retrato.escaneada (1 de 1)

Hay días en los que no esperas nada, simplemente que pasen la horas. Y sin más, sin aviso, sin porque, ocurren cosas que te alegran el alma. Te elevan a metros sobre la tierra y ese día gris tiene un poco más de sentido. Son esos pequeños colores que te pasan a lo largo del día. A veces desapercibidos, los vemos al día siguiente…no nos damos cuenta cuando pasan, pero sí después. Alguno que otro, inesperado, pero tan importante que hace que todo valga la pena.

Porque son tan interesantes esos detalles? Qué tienen de especial? Son colores!!!! ni más ni menos que colores!!!! pero tan importantes en mi vida!!! Colores que no salen de la cabeza, mágicos, bellos … colores que has visto en tu vida y que por razones están gravados en el corazón. Colores que no puedo tener todo lo que quisiera, son difíciles de conseguir, son una mezcla rara de varios tonos y pigmentos, que se acaban convirtiendo en un tono concreto, al final único, especial para mí.

Son esos colores, los que hacen que días grises de repente se conviertan en el mejor de los días. Esos colores que con sus tonos y sus pigmentos llenos de detalles hacen importante mi vida. Si mezclas amarillo y rojo obtenemos un precioso naranja, quién es capaz de no tener un buen día naranja? Aunque sólo sea una pincelada!!!

Por esos colores que alegran mis días grises. Por esos inesperados colores que espero me sigan sorprendiendo todos los días, sin tener un porque, o si. Por que tengas un buen día,y…. igualmente!!! lleno de colores!!!!

“Lo más importante no es la cámara, sino el ojo.” Alfred Eisenstaedt.

Esta vida puede ser cualquier cosa en la tú la conviertas. Hagas lo que hagas, habrá veces que te equivoques, es una verdad universal. Pero el lado bueno de esto es que puedes decidir cómo te equivocas. Algunos serán tus amigos – o actuarán come si lo fueran. Nunca olvides que vienen y van, pero que los que se quedan contigo a pesar de todo, esos son los mejores de verdad. No los sueltes jamás. Recuerda también que los hermanos son los mejores amigos que se pueden tener en el mundo. En cuanto a los amantes, bueno, vendrán y se irán también. Y, odio decirte esto, la mayoría, en realidad casi todos, van a romperte el corazón, pero no te puedes rendir porque, si lo haces, jamás encontrarás al amor de tu vida. Nunca encontrarás a esa mitad que te hace sentirte entero y que te hace ir a por todas. Solo porque fracases una vez no significa que vayas a fracasar todas las veces. Sigue intentándolo, aguanta, y siempre, siempre, siempre cree en ti mismo porque si no lo haces, ¿quién lo va a hacer? Así que mantén la cabeza alta, la barbilla alzada y, sobre todo, sigue sonriendo porque la vida es algo muy grande y hay mucho por lo que ser feliz.
– M. Monroe

Gago _Sara_Pl02_01.Tiff

Esperar lo imposible

Una vez le contaron que las heridas abiertas son dolorosas. Una vez le dijeron que procurase no tener demasiadas de esas o que acabarían con ella.

Ella no entendió nada de eso de las heridas sin cerrar hasta hace poco. Cosía las suyas muy rápido. Se le daba bien perdonar cuanto antes y evitar situaciones incómodas. Demasiado bien. Aquí paz y después gloria. Un poco a lo chapuza dirían algunos.

1

Ahora ella se ha dado cuenta que, en la mayoría de los casos, eran parches, soluciones a corto plazo, promesas escritas en papeles muy pequeños que en seguida se los comía el viento y nunca volvían a aparecer por estos lugares. Todos nos llegamos a creer esas promesas vacías.

Vivía tranquila, todas sus heridas, que aunque no eran demasiadas, habían cerrado a la perfección y estaban ya prácticamente invisibles. No te voy a engañar diciendo que no había ninguna prueba del dolor. Claro que sí. Por algo existen las cicatrices, su tarea es dejar señal de lo que fue, pero las suyas eran diminutas. Me sorprende la capacidad que tiene el ser humano de recordar con mucho detalle la alegría más mínima y olvidar el dolor más fuerte que jamás haya sentido. Pura supervivencia.

Como era de esperar con cualquier evento inevitable, su primera herida abierta llegó, sin llamar a la puerta. No le avisaron que eran traicioneras. Te engañan. Se agrietan en un abrir y cerrar de ojos, creando un abismo en tu interior sin fondo. El gesto adecuado en el lugar y momento correctos y se acabó la paz.

Al principio decía, “mirad qué bien, he superado este bache”. Y lo peor es que iba pasando el tiempo, y todos se lo creyeron, y se olvidaron, y ya nadie le preguntaba. Al baúl de los recuerdos. Al cajón del “este ya no es mi problema”. Quizá sea porque la herida se empezó a cerrar algo.

3

Pero, sin aviso previo ni acuerdo entre las dos partes sobre el momento adecuado (porque la gracia está en que suceda en el peor momento posible), se abrió la herida de golpe y ella se dio cuenta que ese tema se tenía que solucionar y, a poder ser, pronto. Era su volcán personal e intransferible que estaba a punto de entrar en erupción catastrófica. El tema estaba tan cerrado como tus ojos leyendo este manojo de líneas. Necesitaba pedir perdón, que se lo pidiesen o ambas cosas. Y supo en ese instante que el dolor si no hacía nada podía durar años y años y años.

Creo que las heridas abiertas son como la carcoma, te van comiendo por dentro poco a poco hasta que ya no queda absolutamente nada si no les pones una solución. Queda solo la cáscara de lo que una vez fue. Así es como acaba la gente disgustada con la vida, reprochándole a todo el mundo menos a sí mismo las cosas que le han ido mal y no haciendo nada por mejorarlas.

4

Ella es de las que le gusta tomar el control de la situación. Por eso, lo más frustrante era saber que el que se cerrase dicha herida dependía totalmente de los actos de otro.

Que todo el orgullo que había mantenido durante este tiempo había sido contraproducente pero, de forma extraña, seguía sin estar dispuesta a tragárselo. Es más, cuanto más le dolía, más orgullosa y obtusa era.

Ella esperaba y esperaba a que viniese esa otra persona a ponerle la tirita, a calmar el volcán, a cerrar la cuestión abierta. Se hundió porque sabía que esto era difícil y puede que, con un alto grado de probabilidad, jamás fuese a suceder. Se hundió pensando que era la única opción.

Eso creyó hasta que un buen amigo le descubrió la segunda opción: que no pasa nada por sentir dolor.

Es más, es bueno sentirlo a veces. Lo que hay que aprender es encontrar la paz dentro de ese dolor, saber llevarlo siguiendo con tu vida y, algún día, ya ni te revolverá ver a esa persona, volver a ese lugar u oír esa canción porque no necesitarás que nadie te ponga la tirita.

Porque ya te la habrás puesto tú solito. Ya sólo quedará tu pequeña cicatriz. Tu diminuta demostración de que pudiste y, más importante aún, venciste.

2

-Z.

Fotos de Henri Cartier Bresson

Lo que ellos no saben

“El carácter, como la fotografía, se revela en la oscuridad”. –Yousuf Karsh.

Gago _Sara_Pc06_05.JPEG (1 de 1)

Una botella, llena o vacía, con cosas por contar, con cosas por guardar. Algunos solo ven un recipiente, aparentemente bonito. Cristal duro, pero a la vez frágil. Demasiado. En ocasiones los golpes no la rompen, en otras la desquebrajan. Señales difíciles de reparar, que la marcan para siempre. Se pueden disfrazar pero no borrar. Botella de vivos colores por fuera, donde lo mejor siempre está dentro. Donde guarda una esencia no mostrada.